Ricky Noboa El financiamiento de los grandes capitales imperiales ha logrado influir para obtener poder en los gobiernos dependientes y lograr poseer la facultad de intervenir en su autodeterminación soberana. Se puede deducir que la banca internacional domina el mundo desde la sombra, apoyando y financiando a su conveniencia a revolucionarios, izquierdistas, demócratas y dictadores. Observamos crudamente la presencia política, económica y militar de estos imperios en la geografía mundial, para entender el desenvolvimiento en los ajustes económicos de los países súbditos del financiamiento externo. Se percibe que el acercamiento en sus políticas exteriores de comercio apuesta a controlar la hegemonía sobre las economías de los mercados. Cabe remontarnos a la narrativa de Fraile Bartolomé de las Casas, en sus obras “Historia de las Indias” recordando la historia que se hace actual cuando una india descubre un gigantesco grano de oro de 36 libras, que obviamente iría perpetuamente a la recamara real de Castilla. El descubrimiento motivó al dueño de la mina a celebrar una fiesta asando un lechón en el marco de la majestuosidad del oro encontrado; presumimos de esta manera que a la india que lo descubrió no le dieron de grana ni de seda faldillas, y ni siquiera un bocado del cochino. La entrega de nuestra riqueza natural nos hace todavía súbditos.