n estos días marcados por los letales efectos de la pandemia del coronavirus, Mateo Morrison, reconocido bardo y gestor cultural, se afana en la organización de la la IX Semana de la Poesía, para lo cual ha tenido que sumar muchas voluntades.
Dado el apoyo recibido y el entusiasmo predominante, vaticina que el evento, que se hará esta vez por la vía virtual, será una fiesta a la que se sumarán poetas de varias regiones del globo.
Al responder preguntas de Diario Libre, Morrison, Premio Nacional de Literatura 2010, expresa que a su juicio ya está garantizado el relevo de la mejor tradición poética de la República Dominicana.
El vate también habla ampliamente sobre el ya tradicional evento cultural y de su fructífera carrera literaria.
Desde la primera versión de nuestro festival anual, hemos contado con un comité organizador que se ha ido consolidando con los años. Sin disminuir el entusiasmo y el compromiso, me acompañan José Mármol, Plinio Chahín, Soledad Álvarez, Ángela Hernández, Basilio Belliard, Denisse Español, José Enrique Delmonte y Jochy Herrera. Además de decenas de poetas y trabajadores de la cultura que se suman durante todo el año a esta jornada que ha reunido a más de un centenar de escritores de diversas regiones del mundo, tanto en actividades durante la Semana Internacional de la Poesía, como en eventos que se celebran prácticamente durante todo el año como versiones preinaugurales.En la primera reunión, durante la pandemia, participó el comité en pleno y decidimos que la virtualidad sería nuestra vía y ya podríamos decir que el próximo sábado tendremos la primera actividad preinaugural con poetas de España, Bolivia, Cuba, Perú y Estados Unidos.
Será una fiesta, igual que siempre, pero en los márgenes que nos permite la pandemia
La creatividad del comité organizador, dentro de las actuales circunstancias, permitirá que novedades, características del cine, la música, las artes plásticas, interactúen con la poesía en diversas facetas que harán de esta versión algo inolvidable y quizás más permanente y diverso.
En realidad, homenajeamos este año a la generación del 60, tanto a los poetas surgidos al caer la tiranía; es decir, René del Risco, Grey Coiscou, Miguel Alfonsea y Juan José Ayuso, Jacques Viau, como también los de posguerra: Rafael Abreu Mejía, Enrique Eusebio, Enriquillo Sánchez, Federico Jovine y Alexis Gómez y, a través de ellos, a otros poetas fallecidos o vivos que iniciaron su andar escritural en esta década, signada por tantos acontecimientos nacionales e internacionales y que dieron continuidad a un proceso que ha ido abarcando diversas generaciones líricas.
Para nuestra semana que será del 19 al 25 (de octubre) más de cuarenta poetas de Asia, las Américas (norte, sur y centro) y del Caribe estarán presentes.
Habrá tres homenajes al centenario de Mario Benedetti, coauspiciado por el Café Literario, que dirige la gestora cultural Verónica Sención, y los de dos poetas del Grupo Orígenes, José Lezama Lima, del que se cumplen 120 años de su nacimiento, y Eliseo Diego a propósito de su centuria.
Los de mi generación, los siento muy cercanos. A veces, me da la impresión de que aun viven y dialogo con ellos: Enriquillo Sánchez, Enrique Eusebio, Rafael Abreu Mejía, Federico Jovine y Alexis Gómez. Presenté el primer libro de René Rodríguez Soriano. Adrián Javier y Carlos Rodríguez, más jóvenes y excelentes poetas, eran tan entrañables como los demás. Pero podría seguir con autores de generaciones anteriores. Manuel del Cabral escribió: “A Mateo, que sin la M es ateo, pero con ella es divino”.
Me aferro a los que aun viven y busco a las nuevas generaciones para sentir el aliento que se ha escapado con el hasta luego de mis coetáneos. En mis recuerdos de esa interacción entre vida, poesía y gestión cultural, percibo todavía esa atmósfera que nos arropó en sueños compartidos; son perennes en mi psiquis y en mis latidos.
No sé si es por ser un arma cargada de futuro, como diría Gabriel Celaya o por ser como un caracol nocturno en un rectángulo de agua, como dijera Lezama Lima. Percibo que la poesía lo permea todo y se puede encontrar en una obra pictórica, en una canción, en una mirada o en la naturaleza. Los poetas la concretarán en una piedra, en papiros o en papel o en las más variadas formas que nos permiten las nuevas tecnologías y esas lecturas las siento con pasión y trato como autor de también dejar mi impronta.
En realidad, mis reflexiones oscilan entre mis convicciones cuando estoy en soledad. Concluyo que mi aporte pudo ser mayor. Cambio un poco, cuando encuentro la solidaridad y los brazos extendidos de quienes entienden que juntos hemos podido dar continuidad a una tradición y, entonces, me siento compensado, pero dispuesto a continuar.
La identidad de un pueblo, a través de su cultura, es lo único significativamente particular que se fortalece con el concepto de cultura dialogante, donde todos salimos enriquecidos y no solo por la poesía sino a través de las múltiples formas en que se expresa lo cultural. Ya sea escrita u oral. Ya casi es un lugar común citar a don Pedro Henríquez Ureña cuando dijo: “Solo la cultura salva a los pueblos”.
Me impresiona el vigor y la diversidad de los jóvenes poetas dominicanos, tanto en el país como en el exterior. Es significativa el vigor de las jóvenes y los jóvenes escritores. En la poesía sorprendida, una mujer estaba sola, Aída, y si miramos hacia atrás y hacia adelante, pasaba algo parecido, pero las mujeres poetas de las nuevas generaciones han tomado la plaza pública. A partir de mis lecturas, considero que sí, está garantizado el relevo de la mejor tradición poética de nuestro país.
Los voy rotando, algunos permanecen más tiempo: Trilce y poemas humanos, de Vallejo, Las piedras de Chile y las residencias, de Neruda, Lezama: Ah, que tú escapes y Oda a Julián, de Casal, Hojas de hierba, de Walt Whitman, Las flores del mal, de Baudelaire, Pájaros, de Saint Jhon Perse, La tierra baldía, de Eliot, los poemas de los dones de Borges, la antología de Manuel Rueda y Lupo Hernández Rueda y otras elecciones que mantienen viva la poesía dominicana de mayor calidad.
Si es pensando en los géneros literarios clásicos, he escrito en todos, aunque no he publicado teatro, trabajo en la actualidad, de alguna forma sistemática, cuento y novela. Espero publicarlos en abril del año próximo. Continúo mi equilibrio entre escritura y lectura, espero que eso me conduzca a avanzar en este camino exigente e incierto de la producción textual
Jenchy Suero
Jesús Antonio Suero Castillo (Jenchy Suero), nació en San Juan de la Maguana, catedrático universitario, comunicador, economista y abogado. Ha dirigido diversas entidades profesionales y organizativas de la sociedad, etc. Jenchy Suero, conduce y produce el programa televisivo: “Primera Hora” y conduce “Panorama Social, ambos cada día de lunes a viernes en la televisión de Santo Domingo República Dominicana.