El primero de enero de este nuevo año, en un encuentro con Raymi y su esposo Clevi, fue posible conocer un poco sobre la historia de Norma Campusano y Esmerly Valenzuela.
“¡Ay, Marta, una tía de Clevi se acaba de casar con su primer amor, ya tú sabes, 50 años después de que fueron novios! Eso te da un lindo trabajo de los que tú haces”. De inmediato se le pidió el contacto para obtener la información completa. En cuestión de segundos ya el número estaba seguro.
No era prudente abordarla en ese momento. Estaba de luna de miel con el amor de su vida. Se le dio su tiempo hasta que llegó el día de preguntarle si quería contar su historia. No hubo objeción. “Claro, Dios te bendiga princesa, ¿cómo está todo?”. Fue la respuesta afirmativa que ofreció la dueña de este relato.
“Mi nombre es Norma Campusano, tengo 70 años, y el de él es Esmerly Valenzuela, de 74. Fíjate, nosotros nos conocimos cuando teníamos como 13 o 14 años. Después nos hicimos novios, recuerdo que mi hermana también era novia de su hermano. El caso es que los padres de él y los míos nos hicieron compromiso y mi papá le dio dos años máximos para que nos casáramos, o me llevara a vivir con él, que era lo que se usaba”. Hasta ahí todo marchaba bien en la relación de estos eternos enamorados.
Norma hace la salvedad de que, antes, un noviazgo no podía durar mucho. “Así que, al mi papá, prácticamente adelantar las cosas, diciéndole que, en vez de dos, era un año de amores que podíamos tener, Esmerly no tenía las condiciones económicas para asumir esa responsabilidad y se disolvieron los amores”. Ambos sufrieron por una situación que crearon otros apegados a una cultura de imposición.
No se daban por vencidos y, a escondidas, se veían en el río. Lo mismo hacía su hermana Duvita con el hermano de Esmerly. Pero esa forma no progresó y tuvieron que aceptar su realidad. Ninguna de las dos parejas se casó en aquel entonces. «Y ahora, yo tropecé de nuevo con la misma piedra, pero para siempre». Lo dice Norma de forma jocosa.
Vidas separadas
Desde aquel momento, Norma y Esmerly decidieron hacer su vida, pero eso no acabó con el amor que se tenían desde jovencitos. “Yo fui su primer amor y él el mío. Nunca he olvidado ese primer beso que nos dimos, que, de hecho, era la primera vez para cada uno”. Ambos quedaron prendados para siempre y, la muestra es que, cinco décadas después, han retomado juntos, su camino.
“Después yo supe que él conoció a otra mujer y se casaron. Tuvieron cinco hijos. Yo también me casé, y tengo a un único hijo, que gracias a Dios, me ha salido muy bueno. Me fui a vivir a Puerto Rico hace muchos años y, después de divorciarme, nunca pensé en volverme a casar porque tenía muchas exigencias, sobre todo, que el hombre que el Señor pusiera en mi vida fuera de la iglesia”. Lo dice mientras admite que siempre ha tenido muchos enamorados.
Otros requisitos que, en “chercha”, tenía para volver a ir al matrimonio era que fuera un hombre ni muy alto, ni muy chiquito, ni muy gordo, ni muy flaco, ni muy feo, ni muy buen mozo, ni muy pobre, ni muy rico, ni muy blanco ni muy “prieto”. Cuando habló de esto no evitó reírse. Al parecer, su modelo perfecto siempre fue Esmerly. “Ufffff, cuando yo veía ese morenito, me volvía loca. Él le manejaba un jeep a un tío de él y yo vivía loquita por verlo, ¡Ay, mi madre, qué morenito ma’ lindo!”. Lo expresa con entusiasmo y feliz de que Dios lo haya vuelto a poner en su camino.
Jenchy Suero
Jesús Antonio Suero Castillo (Jenchy Suero), nació en San Juan de la Maguana, catedrático universitario, comunicador, economista y abogado. Ha dirigido diversas entidades profesionales y organizativas de la sociedad, etc. Jenchy Suero, conduce y produce el programa televisivo: “Primera Hora” y conduce “Panorama Social, ambos cada día de lunes a viernes en la televisión de Santo Domingo República Dominicana.