Estados Unidos y el Reino Unido han acusado a Rusia de haber llevado a cabo pruebas sobre una nueva arma con capacidad de destruir satélites en el espacio. El ensayo tuvo lugar el pasado día 15, según la Fuerza Espacial estadounidense, pero el Kremlin asegura que no incumplió ninguna obligación sobre el estudio del espacio con fines pacíficos. El rifirrafe refleja la tensión entre estos tres países en un momento de inestabilidad global por la pandemia y cuando Washington y Moscú estan tratando de negociar para salvar el ultimo acuerdo de control de armas nucleares. Para EE UU, las maniobras rusas significan una amenaza “real, seria y creciente”.
La Fuerza Espacial estadounidense “tiene pruebas” de que Moscú “realizó una prueba no destructiva de un arma antisatélite desde el espacio”, según un comunicado del jueves. “Estas son nuevas evidencias de los continuos esfuerzos de Rusia por desarrollar y probar sistemas espaciales y encaja con la doctrina militar del Kremlin de emplear armas que mantienen los activos de EE UU y sus aliados en riesgo”, señaló el general John W. Raymon, al mando de la Fuerza Aérea Espacial.
Moscú asegura que las acusaciones de EE UU y el Reino Unido no tienen ningún sentido y que son “propaganda”. Además, ha acusado a su vez a estos dos países de movimientos para desarrollar armamento antisatélite. Moscú afirma que cumple todas las obligaciones sobre el estudio del espacio con fines pacíficos y estos días uno de sus satélites “inspectores” llevó a cabo la “verificación de una nave espacial rusa a corta distancia empleando pequeños aparatos especializados”. Además, remarca que la operación no violó ninguna norma o principio de derecho internacional.
Moscú acusa a Washington y Londres, además, de “presentar la situación de manera distorsionada para justificar sus pasos para desplegar armas en el espacio y lograr fondos para ese fin”. Hace cinco años, Rusia creó una unidad de defensa para supervisar la atmósfera de la Tierra y, desde que en 2019 Trump lanzó una fuerza espacial, ha acusado a Washington de buscar desarrollar operaciones en el espacio. A principios de año, el presidente ruso, Vladímir Putin, recalcó que siguiendo ese patrón el país necesitaba desarrollar aún más sus propias fuerzas espaciales.
“Consideramos este último ataque antirruso como parte de una campaña de información iniciada por Washington centrada en desacreditar las actividades espaciales rusas”, dijo el Ministerio de Exteriores en un comunicado. La acusación planeará en las próximas conversaciones en Viena sobre el futuro del tratado de control de armas nucleares New Start.