El periodista alemán Peter Seewald, quien está considerado el biógrafo de Benedicto XVI, visitó este sábado al Papa Emérito en el monasterio Mater Ecclesiae en los Jardines del Vaticano para presentarle su biografía, un volumen cuya publicación había sido postpuesta varias veces debido a la pandemia de Covid-19.
De acuerdo con unas afirmaciones del escritor al diario alemán «Passauer Neue Presse», el estado de salud del Papa emérito habría empeorado en las últimas semanas debido a una dolorosa infección que le está atacando especialmente la piel del rostro. Sería un herpes zóster, una latosa dolencia que además provoca fiebre y picor, y que los médicos de Benedicto XVI estarían combatiendo con una importante dosis de antibióticos.
Según recoge este periódico regional, Seewald habría asegurado que Benedicto XVI, de 93 años, está «extremadamente frágil» y «casi sin voz», aunque parece que durante su encuentro del pasado día 1 estaba bien de ánimo e incluso llego a decir que, si recupera las fuerzas, volverá a «retomar la pluma».
Peter Seewald también habría dado más detalles no solo en lo concerniente a la salud del Papa Emérito. Según el periodista, Benedicto XVI tendría ya redactado su testamento y habría incluso elegido donde reposarán sus restos mortales: la antigua tumba de San Juan Pablo II en la cripta de la basílica de San Pedro. Una elección motivada, -según el diario alemán-, por «lo cercano que sintió siempre a su predecesor». Actualmente el cuerpo de San Juan Pablo II reposa en una capilla lateral de la basílica vaticana situada junto a la Piedad de Miguel Ángel.
No cabe duda de que la muerte de su hermano Georg el pasado 1 de julio ha sido un mazazo para Joseph Ratzinger. Pese a sus 93 años y su debilidad, Benedicto XVI no dudó en viajar a Alemania el 18 de junio para acudir al lecho de muerte de quien para él ha sido más que un hermano. «Que Dios te pague, querido Georg, por todo lo que has hecho, sufrido y me has dado», escribía el Papa emérito en una emotiva carta de despedida que fue leída el 8 de julio en la catedral de Ratisbona, durante el funeral de su hermano mayor.
En la misma misiva, Benedicto XVI se mostraba seguro de que la separación con Georg es meramente temporal porque «Dios, que nos ha dado esta unión en este mundo, también reina en el otro mundo y nos dará una nueva unión».