Millones de pancartas brotan como hongos en los jardines estadounidenses antes de cada elección. Pero esta vez, más que nunca, son blanco de robos y destrozos ante unos comicios fuertemente polarizados.
Tras dos robos consecutivos de un cartel del candidato presidencial demócrata, Joe Biden, colocado junto a una ruta cerca de Newtown, en el sureste de Pensilvania, Gayle Share-Raab cambió de estrategia: cubrió la pancarta de vaselina y lentejuelas, para que deslizara y registrara las huellas de un eventual ladrón. Pero no tuvo éxito.
Jack Worthington ya no aguantaba más los robos de sus grandes carteles de Trump, que desaparecían de muchos sitios cerca de Newtown. Optó por construir los suyos en contrachapado, con tornillos y refuerzos. Y así aguantan, por ahora.
Los robos de pancartas ocurren a lo largo y ancho del país, a un ritmo inédito. Es un fenómeno que ocurre en cada campaña pero aumentó en 2016, y este año se disparó. «Nunca había visto esto en mi vida», dijo Share-Raab.
Además de la vaselina, los trucos y astucias para disuadir a los ladrones -atar el cartel con cuerdas de color verde césped, frotarlo con gel para el cabello, miel o incluso excremento de perro, o rodearlo de alambre de púa- solo funcionan a medias.
En esta región, Steve Cickay, voluntario de los demócratas de Newtown, estima que entre «2.000 y 3.000 carteles» de Biden «fueron robados o dañados».
Worthington, en tanto, estima que perdió un cuarto de los 4.000 carteles de Trump que instaló.
Contó que cuando los carteles más grandes son dañados, a veces los reparan, como sucedió con la pancarta «Trump Pence» en el terreno de una agricultora republicana de 96 años, Ruth Wright, que fue transformado en «Ipump Penis» (Levanto penes).
Pero a veces cuando los carteles son grafiteados «los dejamos así para mostrar a todo el mundo lo que hace esa gente», explicó Worthington.
«Ningún (cartel) demócrata desaparece porque los republicanos tienen fe en la ley y el orden», señaló su padre, Jim Worthington, fundador de la asociación People For Trump.
«Supuestamente son los campeones de la ley y el orden, y sin embargo alientan a quebrar la ley» robando carteles, indicó Steve Cickay. «Yo no toco jamás sus carteles», aseguró.
La policía de Newtown dijo que no ha hecho ningún arresto, aunque recibe varias denuncias por semana.
«Saben que si procesan a esas personas, parecerá que toman partido», señaló Jim Worthington. «Por eso prefieren no intervenir».
Las imágenes de las cámaras de vigilancia muestran que en general los ladrones son personas de aspecto común y corriente, de zapatillas y shorts, que parecen actuar más por impulso que de manera premeditada.
– «Carrera armamentista» –
En su taller, Jack Worthington prepara unos carteles que colocará el martes, el día de la elección, en casa del condado de Bucks, que tiene una de las mayores cifras de indecisos en Pensilvania, uno de los estados donde se puede definir la elección presidencial.
En este condado, Hillary Clinton ganó en 2016 por apenas una diferencia de 0,6 puntos, y fue un republicano quien obtuvo el escaño para la Cámara de Representantes.
Las pancartas son eficaces para publicitar a un candidato desconocido en elecciones locales. Pero cuando los nombres ya se conocen, se trata más de insistir en el mensaje.
«Los seguidores de Trump se sienten señalados con el dedo, marginados», estimó Jim Worthington. «Cuando hay pancartas, eso les da energía».
«Cuando ves carteles de Trump, te dan ganas de ver (carteles) de tu candidato», dice por su lado Share-Raab.
El resultado es como «una carrera armamentista», resumió Cickay. «De alguna manera, es un desperdicio de dinero».
Cada bando describe los robos y daños como una estrategia deliberada de los rivales.
«Quieren crear la ilusión de que no hay mucha gente apoyando a Biden en nuestro condado», afirmó Cickay.
Quienes roban o dañan las pancartas de Trump «intentan realmente intimidar a los votantes», sostuvo Jim Worthington, quien no excluye que los partidarios de Biden «destruyan sus propios carteles» para poder acusar de ello a los pro-Trump.
Jenchy Suero
Jesús Antonio Suero Castillo (Jenchy Suero), nació en San Juan de la Maguana, catedrático universitario, comunicador, economista y abogado. Ha dirigido diversas entidades profesionales y organizativas de la sociedad, etc. Jenchy Suero, conduce y produce el programa televisivo: “Primera Hora” y conduce “Panorama Social, ambos cada día de lunes a viernes en la televisión de Santo Domingo República Dominicana.