España logró aplanar la curva durante el confinamiento, pero ya es el país donde la epidemia resurge con más fuerza. El virus ha vuelto a circular con la misma capacidad de contagio que en marzo. No estamos aún en la segunda oleada, pero los cinco expertos consultados por ABC advierten de que se acaba el tiempo. Critican la inacción durante meses y reclaman acciones coordinadas entre las comunidades.
«Puede ser necesario tomar medidas de restricción de movimiento»
¿España está ya ante una nueva ola de la pandemia?
No podemos decir que España está en una nueva ola de la pandemia por el momento. Solo en algunas zonas concretas se ha llegado a establecer una circulación poblacional del virus pero, en prinicpio, son zonas localizadas (aunque puedan ser algo grandes). Todos estamos pendientes de ver como evoluciona la situación, que no deja de estar dentro de los esperable en una situación con un amplio movimento de personas y turistas.
¿La situación es similar a la de marzo?
La situación se parece un poco a la de marzo, en el sentido de que la difusión inicial del virus se manifiesta en forma de brotes, pero se diferencia mucho en que ya tenemos bastante experiencia con este virus, y las capacidades de detección y respuesta han mejorado sustancialmente. Todos los servicios sanitarios tienen planes de contingencia para poder responder a un aumento de los casos, incluyendo casos graves.
¿Qué se ha hecho mal para que la curva se haya disparado tan rápido?
La situación actual viene claramente de que han finalizado las restricciones al movimiento de las personas, pero el virus sigue con nosotros y, por tanto, el aumento de la movilidad hace que aparezcan más casos en muchas zonas diferentes. No es que se haya hecho mal alguna cosa, es la consecuencia directa de establecer una cierta normalidad (la nueva normalidad) en la vida de las personas. Hemos visto que las restricciones al movimiento de las personas y la interaacción social han conseguido controlar la primera onda epidémica, pero son medidas tan extraordinariamente duras tanto para las personas como para la economía, que no se pueden mantener durante mucho tiempo.