Escrito por Rick Novoa
La Constitución señala que corresponde al Estado, en colaboración con los centros de enseñanza y las organizaciones deportivas: fomentar, incentivar y apoyar la práctica y difusión de las actividades deportivas, como función esencial del Estado para proteger efectivamente los derechos de la persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los medios de forma igualitaria, equitativa y progresiva, en un marco de libertad individual y justicia social compatibles con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos los ciudadanos.
El deporte debe ser un bastión moral, ejemplo a seguir en consonancia con la forma de valoración de nuestros atletas, no solo en el nivel competitivo, sino en su integridad intelectual y moral. De esta forma cumpliremos con la verdadera misión que significa en el deporte hacer crecer nuestro nivel competitivo, y al mismo tiempo formar buenos y sanos ciudadanos que nos aseguren un mejor porvenir para forjar una mejor nación. El deporte jamás puede acoger las inconductas de la dirigencia deportiva ni de los atletas, preservando la salud mental de nuestros jóvenes “en valores”. Felicidades a nuestras “Reinas del Caribe” dignas representantes de la dominicanidad.
