Al parecer la historia política en nuestro país desde los tiempos de Santana, Lilis, Trujillo y Balaguer, no han sido lo suficientemente claras y precisas para que muchos de nuestros políticos contemporáneos de turno como ahora, Leonel, Hipolito y Danilo, y sus agrupaciones políticas se vean en el espejo del poder político ante el paso efímero de los cargos públicos. *Esa deida única y exclusiva de Dios*, ha ido a parar a las mentes de nuestros gobernantes ante el empeño de que se les rindan el culto a su personalidad.
Un fracaso engorroso y desleal a la moral y a la conducta ciudadana de los dominicanos y a las futuras generaciones de políticos por parte de esta clase política que nos ha gobernado corrompidamente con el manto de la corrupción y la impunidad, sobre todo, en estos últimos 20 años de ataduras democráticas del PLD y su famoso Comite Político con la ayuda del PRD y el PRSC. Quienes aspiramos ver una Nación de valores llena de jóvenes políticos y servidores públicos con humildad y dignidad social sin importar el cargo publico que se desempeñe, somos la gran mayoría. Todo un sueño en espera de su realidad.
El presidente Luis Abinader y su partido el PRM, deben de verse en ese espejo de la historia política mas reciente que todos hemos vivido y en la que todos aspiramos a que no vuelva a repetirse por desconocer la verdad de las demandas sociales que exigen en estos tiempos, no mas ejemplos de políticos ni gobernantes faraónicos ni tiranos o déspota, a quienes hay que rendirles el culto a su personalidad llamándole excelentísimo señor presidente de la República, su excelencia y muchas mas, a parte de la famosa frase por instrucciones del honorable presidente de la República estamos haciendo tal cosa. Todo un servilismo de oportunismo corrupto. Acabemos con esa practica burda, ante el paso efímero de los cargos públicos.