El déficit histórico del sistema penitenciario dominicano es una de las tantas tareas pendientes de un modelo democrático que mantiene una mirada desdeñosa respecto de los ciudadanos que guardan prisión. La intención de reinserción en la sociedad choca con una triste realidad que, profundiza las causas que condujeron a los reclusos al mundo carcelario, pervierte sus días de condena y trazan la ruta de modalidades de corrupción aberrante, orquestando una red de complicidades alrededor de policías, fiscales y funcionarios.
Años de debate y la intención de humanización, pero la retórica no logra transformar la compleja situación. Por eso, cuando en el año 2001 se consignaron los recursos económicos para que, en San Luis, Palavé y Manoguayabo se edificaran cárceles orientadas hacia la estructuración de un nuevo modelo, llegó la ilusión: US$32,405,292.28 aprobados por el Congreso Nacional. 17 años transcurrieron y el 11 de diciembre del 2018, se oficializó la disponibilidad de RD$4,794,048,129.25.
Tanto dinero disponible y cárceles por levantar abrieron el apetito para cambiar una intención decorosa en negocio y sus potenciales beneficiarios hicieron los cálculos de lugar, identificando la Nueva Victoria como objetivo y fuente de rentabilizar las urgencias de casi 50 años del anacrónico esquema de prisiones en el país.
Piensen en las clásicas sospechas sobre las construcciones en el sector público y una fatal tradición que creó la modalidad de acumulación singular en muchos gobiernos. Ahora, cuando un programa de investigación periodística desnuda tantas complicidades de la gestión de Jean Alain Rodríguez y Roberto Santana califica de negocio el entramado con rostro de impulso al modelo penitenciario, quiero recordar un monto escandaloso, ya que se “gastaron” mil millones en movimiento de tierra en la cárcel inaugurada en los días finales de la gestión de Danilo Medina.
Aunque la regla de identificar una urgencia para hacerla fuente de acumulación con fondos públicos caracterizó una parte del entramado de poder del PLD, extender esas argucias indecorosas al ámbito del modelo carcelario no tiene precedentes. Piensen en la adquisición de insumos para la preparación de alimentos en la licitación CCC-LPN-2019-0009 y el presupuesto destinado que alcanzó a RD$ 935,959,055.25. Los detalles de los tentáculos que administraron los recursos y la arquitectura de compañías creadas no pueden quedarse en simples denuncias, básicamente por el club de “suertudos” y los millones “suplidos”: Inversiones Zwaziland (104,680,936.32), F/F Import (97,202,636.96), Distribuidora Ropi (96,350,717.84), Rogama (95,929.701.92), Comercial Viarios (99,160,355.82), Ropalma (95,425,613.92), Dimavor Group (95,896,365.41), SDM Group (88,507,539.21).
Combinar mecanismos de acumulación en la construcción y los alimentos de una franja de la población, en condición excepcional frente al cumplimiento de condenas, es propia de gente enferma y con vocación para venderle su alma al diablo. Además, la descripción de actores importantes del circuito penitenciario expresan sus tragedias en porcentajes, coimas y la mancha terrible de escapes “espectaculares” con un sabor a Hollywood que hicieron de Pedro Alejandro Castillo Paniagua (Quirinito) materia de escarnio para un jefe del Ministerio Público, seducido por las relaciones públicas, con el corte perfecto y el nudo de corbata exquisito y la inocultable intención de estructurar su carrera presidencial a golpes de simulación, acumulación y engaños.
Cuando una parte de la sociedad orientada hacia los valores fundamentales del modelo democrático identifica un servidor público como centro de la ira ciudadana, con posterioridad a sus días de poder y gloria, se tiene el desafío de demostrar en el terreno de los hechos las distancias entre la sed de procesarlo, las intrigas derivadas del cargo y la verdad. Siento que en caso del extitular de la Procuraduría General (PGR) durante el período 2016-2020, existe un episodio que marcará su carrera porque los excesos y desbordamientos en el marco de un Consejo Nacional de la Magistratura, lo presentaron de mal actor e inmisericorde desde el punto de vista humano contra una dama de incuestionable reputación y, por esas ironías de la vida, su sustituta en el puesto.
Aquella comedia burlesca, estimulada por un actor político de bajos instintos, retrató a un régimen que, en la intención de aniquilar a sus adversarios, era capaz de apelar a los mecanismos más indecentes.
Jenchy Suero
Jesús Antonio Suero Castillo (Jenchy Suero), nació en San Juan de la Maguana, catedrático universitario, comunicador, economista y abogado. Ha dirigido diversas entidades profesionales y organizativas de la sociedad, etc. Jenchy Suero, conduce y produce el programa televisivo: “Primera Hora” y conduce “Panorama Social, ambos cada día de lunes a viernes en la televisión de Santo Domingo República Dominicana.