Por APOLINAR VELOZ. Analistas del mercado de materias primas en Wall Street están anticipando aumentos en los precios del petróleo. El paquete de ayuda económica anunciado por el presidente de los EE. UU., que asciende a US$1.9 trillones se espera que reactive la economía de ese país, lo que aumentaría la demanda de combustibles y presionaría los precios del crudo y sus derivados. Pero no solamente la reactivación de la economía americana afectaría los precios del petróleo, sino que también tendría un efecto similar los acuerdos entre productores de petróleo para recortar su producción, así como el aumento de las operaciones de la industria del transporte aéreo.
Chrystian Malek, analista de JPMorgan, proyecta que para este año los precios del petróleo podrían colocarse por encima de US$100 el barril. No obstante, las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan a un aumento moderado de los precios del petróleo de 21% durante 2021. Sin embargo, en noviembre pasado el petróleo de West Texas Intermediate (WTI) se cotizó a US$39.68 el barril (promedio de cierre del año) y al día de hoy se vende a US$59.79 por barril, para un aumento de 50.7% durante los últimos cuarenta y seis días. De la misma manera, en lo que va de este año, el petróleo Brent ha subido un 66% desde octubre pasado hasta alcanzar los US$63 por barril.
El aumento de los precios de los combustibles tiene un efecto visible y otro invisible sobre la población dominicana. Por una parte, visiblemente afecta el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos y, por otra parte, deteriora los ingresos familiares a través de la inflación.
La dependencia de los precios del petróleo ha sido señalada como uno de los riesgos macroeconómicos que vulnera la economía dominicana. La figura muestra, que la cuenta corriente de la balanza de pagos fue deficitaria mientras los precios del petróleo se mantuvieron cercano o por encima de los cien dólares el barril. En el 2011, cuando el precio fluctuaba entre US$90 y US$100 el barril de petróleo, el déficit de la cuenta corriente ascendió a más de US$4,000 millones y hasta que el precio de los combustibles iniciara su proceso de ajuste a la baja, el saldo de la balanza corriente no mejoró. Por lo que puede afirmarse que la mejoría del saldo de la balanza corriente no es el resultado de la política económica puesta en marcha durante los años del 2010-2019, sino de la reducción de los precios del petróleo, las remesas y la inversión extranjera directa (IED).
El precio de los combustibles no solamente afecta el balance de la cuenta corriente, sino que también modifica los costos de la generación de eléctrica, del transporte de carga y de pasajeros, aumenta el precio del gas de cocinar y, obviamente, deteriora los ingresos familiares. Sin embargo, la inflación que reporta el BC no reflejará un aumento; debido a que sólo se calcula la inflación subyacente, la cual no considera los precios de aquellos bienes o servicios que tienen una alta volatilidad en sus precios. Por eso, se excluyen los combustibles del cálculo de índice de precios al consumidor (IPC), cuya variación mide la inflación subyacente.
No obstante, de manera indirecta se puede medir parcialmente el efecto del aumento de los precios de los combustibles en la inflación a través del consumo de servicios de transporte. En el 2019, el BC establece que la ponderación del gasto en transporte de los consumidores en el IPC fue de 17.95%, el cual representa la segunda ponderación más elevada después de la ponderación de los alimentos y bebidas no alcohólicas. De tal manera, que el aumento de los precios de los combustibles afectará a las familias a través del aumento de los costos de transporte, del transporte de bienes y a través del incremento del costo de la electricidad. Resulta importante resaltar que si se toma en consideración la incidencia del costo de transporte en la inflación acumulada (15.17%) a enero-diciembre del 2019, conjuntamente con la incidencia del grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas (53.17%), su incidencia en la inflación sería de 68.34%, según el BC. Todos estos aumentos de precios no están incluidos dentro de la inflación subyacente, de suerte que los dominicanos tendrán baja inflación, aunque con pérdida del poder de compra de sus ingresos.
El deterioro del saldo de la balanza corriente tiene efectos sobre otras variables macroeconómicas. Ese déficit tiene que ser financiado con una disminución de las reservas internaciones del BC o con aumento del endeudamiento del gobierno o del BC. Vale la pena recordar que el BC no tiene ingresos en dólares suficientes para enfrentar sus pasivos en esa moneda, por tanto, el gobierno tiene que endeudarse en el exterior para pasarle las divisas al BC o éste tiene que comprarles divisas a los bancos comerciales a través de la emisión de certificados (deuda del BC) con una tasa de interés que haga atractivo el negocio para esas entidades financieras.
La contrapartida del supuesto logro de baja inflación es que las políticas públicas no impactan positivamente en el bienestar de los hogares dominicanos; por el contrario, la pobreza ha aumentó en un 7% en el 2020 según el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD), a pesar de las ayudas gubernamentales y los programas especiales de ayuda que se han implementado durante la pandemia.
El empoderamiento de la gente no tarda y cuando lo haga, esperemos que el gobierno responda en consonancia cubriendo las necesidades básicas de la población, en cumplimiento del contenido de su programa de gobierno en materia social e institucional. Decir cambio y cambiar no es lo mismo
Jenchy Suero
Jesús Antonio Suero Castillo (Jenchy Suero), nació en San Juan de la Maguana, catedrático universitario, comunicador, economista y abogado. Ha dirigido diversas entidades profesionales y organizativas de la sociedad, etc. Jenchy Suero, conduce y produce el programa televisivo: “Primera Hora” y conduce “Panorama Social, ambos cada día de lunes a viernes en la televisión de Santo Domingo República Dominicana.
