Por Susi Pola.- Esta época de nuevas técnicas de la información y comunicación digital, caracterizada por la forma inmediata y de alcance masivo, nos muestra, día a día, que, salvaguardar la ética y la verdad, no es cosa fácil.
Hoy, todo se puede manipular y referir desde necesidades muy individuales, de grupos o de personas que aprenden a manejar las redes de la comunicación actual y no tienen muchas veces, intención de objetividad.
El mundo entero fue testigo del proceso judicial de una demanda entre un famoso actor estadounidense de cine y su demandante, juicio que mostró a la “audiencia” mundial como una pareja puede, literalmente, deshacerse, con todo y detalles sórdidos y truculentos. Epílogo lamentable.
El caso de violencia doméstica contra una mujer finalmente condenada por difamación, no porque la violencia ejercida sobre ella no existiera, tuvo un desenlace en primera instancia que ha puesto a delirar de emoción a aquellos sectores ultraconservadores fuertemente basados en el sexismo y la misoginia, la homofobia, la exclusividad de clases, etnia y raza y otras particularidades, que solo creen en los derechos y las condiciones de una existencia digna cuando es en referencia a la suya propia y a la de sus adláteres.
Y en esas seis semanas que duró el juicio, los textos, imágenes, videos y expresiones por el internet, incluidos los “memes”, acabaron con la mujer que se reclamaba víctima, mencionándola como sicópata, mentirosa, depravada y malvada, mientras el crédito era siempre para el idílico actor, aclamado y endiosado en la pantalla.
Y ella, condenada de antemano por esa turba lapidaria, fue deshumanizada, odiada y aniquilada masivamente mucho antes que el jurado dijera que difamaba. Dice la prensa que, la búsqueda de memes sobre el caso en Google, en poco más de medio minuto, arrojaba casi 63 mil millones de resultados, todos, ridiculizando a la mujer alegada víctima.
La sentencia no habla de los malos tratos, solo de la difamación, el tema de la verdad en las denuncias de abusos y violencias, sin pruebas físicas reveladoras, queda en manos de la palabra y este proceso es una oportunidad para ver la compleja justicia, su lenguaje y la dificultad socio cultural de un proceso legal. Sobre todo, si la víctima no aparece “chorreando sangre”, o deformada por el ácido, o muerta.
Sin embargo, la corte concluyó que, el favorecido en lo de difamación, cometió hasta doce actos de violencia doméstica contra ella, demostrando que la justicia humana es muy limitada y exclusiva. Además, farandulera y sexista.
Jenchy Suero
Jesús Antonio Suero Castillo (Jenchy Suero), nació en San Juan de la Maguana, catedrático universitario, comunicador, economista y abogado. Ha dirigido diversas entidades profesionales y organizativas de la sociedad, etc. Jenchy Suero, conduce y produce el programa televisivo: “Primera Hora” y conduce “Panorama Social, ambos cada día de lunes a viernes en la televisión de Santo Domingo República Dominicana.