Por Tahira Vargas Garcia.- La Policía Nacional fue creada como un organismo represivo, persecutor de la ciudadanía y violento. Este carácter impregnado en la Era de la Tiranía trujillista persiste hasta nuestros días. Cada cierto tiempo salen a la luz pública casos que demuestran la permanencia de este perfil policial y el gran divorcio que existe entre la Policía y su supuesto rol frente a la seguridad ciudadana.
Lamentablemente todos los gobiernos que hemos tenido y el que tenemos actualmente establecen como pilar principal de la seguridad ciudadana a la Policía Nacional dotándola de cada vez más equipos, vehículos y creando organismos a lo interno de la Policía que poseen más armas y están menos visibles para la ciudadanía (como aquellos con la cara tapada).
Uno de los principales pilares de la seguridad ciudadana es la confianza. Menos de la tercera parte de la población del país (Latinobarómetro 2018) confía en la Policía Nacional (24% según Latinobarómetro en 2018). Esta desconfianza en la Policía Nacional se sustenta en prácticas continuas y constantes de agentes policiales como las siguientes:
Complicidad de agentes policiales con las redes delictivas y de microtráfico. Esta complicidad se presenta en estudios realizados (Vargas 2008) , así como en reportajes recientes donde personas vinculadas a redes delictivas reconocen el pago de cuotas semanales que se evidencian en estudios desde décadas anteriores.
Asesinatos cometidos por la policía contra transeúntes y la ciudadanía en general. El más reciente caso es el de la arquitecta Leslie Rosado a mano de un cabo de la Policía en circunstancias bastante oscuras con contradicciones entre las evidencias y las declaraciones de la Policía Nacional
Prácticas violatorias de derechos humanos contra ciudadanos y ciudadanas del país, así como contra personas migrantes de diferentes nacionalidades. Múltiples prácticas discriminatorias, violencia física y acoso sexual son registradas en reportajes, videos y estudios cometidas por agentes de la policía nacional, así como otros organismos de seguridad como DIGESETT, CESTUR, CESFRONT y militares en distintos lugares del país.
Intercambio de disparos y ajusticiamientos. La persecución de la policía contra supuestos “delincuentes” está bañada de intercambio de disparos y ajusticiamientos. Estos se cometen cotidianamente según comentan moradores de barrios marginados y comunidades de diferentes provincias del país, así como en los reportajes y videos que se han presentado y se presentan en las redes sociales y medios de prensa.
Todo este ejercicio de violencia, represión y violación de los derechos ciudadanos crea un clima de miedo y de inseguridad en la población hacia la Policía Nacional.
La gobernabilidad necesita fortalecimiento de la cohesión social en una sociedad, siendo clave la promoción de relaciones de confianza hacia las autoridades. La desconfianza e inseguridad incrementa el miedo, la violencia, el porte de armas, los linchamientos y debilita el sistema de justicia. Mientras más policías existan en las calles más se incrementa el porte de armas y con ello la violencia social y la inseguridad ciudadana.
Se necesita un programa de seguridad ciudadana que genere confianza y cohesión social. Pensado desde el micro territorio con procesos de investigación exhaustiva y criminal del tejido de las redes delictivas en el territorio y sus vínculos estrechos con sectores de poder, políticos, de la policía nacional, DNCD y organismos militares.
El desmantelamiento de estas redes criminales no es posible con la estructura y funcionamiento actual de estos organismos porque son parte de las redes delictivas. Mientras más armas y recursos se les inyectan a estos organismos más se fortalecen las redes criminales del país y con ello la inseguridad ciudadana.
Repensar la seguridad ciudadana es una tarea que urge desde las políticas sociales que desarrolla el gobierno y que debe contar con la participación de la ciudadanía y de las practicas comunitarias alimentadas por políticas culturales que favorezcan un modelo de convivencia sostenido en la cohesión social y no en la violencia y criminalidad
Jenchy Suero
Jesús Antonio Suero Castillo (Jenchy Suero), nació en San Juan de la Maguana, catedrático universitario, comunicador, economista y abogado. Ha dirigido diversas entidades profesionales y organizativas de la sociedad, etc. Jenchy Suero, conduce y produce el programa televisivo: “Primera Hora” y conduce “Panorama Social, ambos cada día de lunes a viernes en la televisión de Santo Domingo República Dominicana.